Lo mismo de siempre. Pacífico FC se tiro atrás, especuló, no hizo fútbol, manejó su negocio y se llevó un empate con marcador en blanco, resultado que le da ventaja para el choque de vuelta en el que esperará en el Estadio San Martín de Porres de Lima a Universidad de Pucallpa. El 0 a 0 se opone a lo que quisimos ver: un choque electrizante; lo que tuvimos fue un partido trabado, soso y con carencia de buen fútbol.
Los pucallpinos carecieron de ideas para destroncar la rigidez de los limeños que extendieron una marca con la que “ahogaron” la creatividad ucayalina. Cuatro jugadores fueron expulsados, dos por cada lado, dos de ellos del equipo limeño que apeló a todas las mañas para neutralizar la creación de la escuadra pucallpina, que a lo largo del partido fue incapaz de manejar y abrir la cerrada defensa de los capitalinos. El empate en blanco no es un buen resultado para Universidad.
La afición respondió, alentó respaldando a Universidad que desde el inicio de las acciones se estrelló contra la pared del antifútbol propuesto por el técnico Mario Flores. Pacífico vino a buscar el empate, no abandonó su zaga, su cobertura de marca fue más allá de la zona de defensa y sus pálidos ataques fueron el calco de lo mismo que hicieron en Iquitos hace 15 días donde cosecharon igual marcador. Es decir no arriesgaron, sabían lo que hacían y querían al cortar sus intenciones ofensivas ya que Universidad diluyó su juego en la inoperancia y la carencia de inspiración de sus jugadores.
Amador Monteverde, conocido nervio motor de su equipo no fue capaz de superar al rival y él con sus compañeros fracasaron en sus propuestas jugando al pelotazo, al bombazo, ante una defensa ganadora en el juego aéreo. Ni la ventaja otorgada por la expulsión del portero Lira a los 39 minutos de la primera parte a quien el juez Diego Haro mostró la tarjeta roja por manotear un balón fuera del área, en una de las pocas llegadas del equipo universitario del Ucayali, sirvieron para llegar al tanto del desequilibrio. La salida de Monteverde no cambió en nada y el ingreso en su lugar de Segundo del Águila era una esperanza de fútbol, de velocidad y penetración pero con esto no resolvió la torpeza del equipo de D´allorso.
Los jugadores del distrito de San Martín de Porres de Lima jugaron muy concentrados, su meta se alcanzó ante un rival que entregó toda su iniciativa ofensiva. El empate es un resultado de oro para la visita que desde los 30 minutos de la fase final jugó con 9 hombres, por expulsión de Obregón quien fingió una falta regalando una desventaja numérica desaprovechada por la escuadra de Pucallpa. Los locales también perdieron a Izquierdo, zaguero que a los 40 minutos de la complementaria fue expulsado por una falta cargada de ingenuidad.
El 0 a 0 es un marcador nada positivo en el panorama a seguir en esta fase de la Copa Perú. Los pucallpinos no aprovecharon su condición de local y menos sus habilidades ante un equipo que vino a especular, a negociar su juego, a reemplazar el fútbol por una práctica defensiva. A esto se suma “la manito” extendida por el clima que entregó un cielo dominical cubierto de gris y de lluvia persistente que al parecer advirtió este resultado.
El aficionado seriamente mortificado al momento que abandonaba el estadio Aliardo Soria Pérez, reclamando lo que considera una desacertada actuación del juez del partido, dejó en claro su expectativa y sus esperanzas depositadas en el equipo universitario para cuando asista a Lima a enfrentar el partido de vuelta ante Pacífico. “Lo que puede ser es que los limeños (actuando de locales) suelten su juego especulativo y realmente haciendo fútbol podamos ser mejores”, comentó un aficionado ucayalino. Aunque cualquier empate diferente al 0 a 0, clasificaría a la escuadra de Pucallpa para la siguiente ronda.
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