Al ataque, sin relajarse
Por: Iván Mejía Álvarez
Si fuera tan sólo por los datos estadísticos, la selección de Colombia tendría que estar muy tranquila antes del juego contra Perú en el estadio Nacional de Lima.
Los fríos números indican que los incas no derrotan a Colombia en juegos oficiales de eliminatoria desde hace 31 años, cuando aquella maravillosa selección de Cubillas, Cueto, Velásquez y compañía le ganó 2-1 al equipo tricolor dirigido por Carlos Bilardo.
Pero los números son sólo eso. Este domingo, Colombia debe afrontar otra vez a Perú con varios conceptos muy claros: Perú es un buen equipo en la parte superior y un rival atacable, flojongo y sin gran capacidad en la defensa. Esta circunstancia no es extraña al ADN del fútbol peruano, siempre valorable en la ofensiva, pero con muy pocas virtudes defensivas. Los grandes equipos incas del pasado se forjaron siempre a la sombra de brillantes atacantes y talentosos mediocampistas. Lolo Fernández, Miguel Loayza, Seminario, Joya, Cubillas, Perico León, Muñante, Cueto, El Cholo Sotil. Y ahora Paolo Guerrero, la Foquita Farfán y Claudio Pizarro son el mejor ejemplo de la descompensación entre ataque y defensa en el equipo de Sergio Markarián.
No se recuerdan grandes porteros peruanos y en algunas selecciones, como la de México-70 o España-82, ese puesto fue crítico, inclusive teniendo a un nacionalizado Quiroga debajo de los palos. El golero de hoy, Penny, es ahí, no más, cumplidor para el momento.
Los del fondo, Revoredo, Galliquio, Christian Ramos y Yotún, tampoco son la última maravilla, y la ausencia de Alberto Rodríguez, el mejor defensor actual del fútbol peruano en el Sporting de Lisboa, es un handicap grande. Yotún colabora mucho en ataque, y por su banda Perú amplifica su proyección ofensiva. Tampoco estará Adan Balvin, ubicado como volante tapón durante la Copa América. En su lugar juega González, con menos categoría pero más duro en la marca. A sus laderos se ubican Lobatón y Ramírez, dos “clase media”, rendidores y productivos en la misión de quitar y entregar. Está sin definir la presencia de Vargas, un muy buen jugador.
Perú es sólido de media cancha hacia adelante, en el triángulo Farfán-Guerrero-Pizarro, goleadores, buenos jugadores con inventiva y velocidad de maniobra.
Regalarle la pelota y dejarlo tocar puede ser muy grave, pelearles el medio y jugarles de igual a igual puede ser una buena idea porque tendrán que preocuparse con James, Radamel y Dorlan sueltos.
Pero los números son sólo eso. Este domingo, Colombia debe afrontar otra vez a Perú con varios conceptos muy claros: Perú es un buen equipo en la parte superior y un rival atacable, flojongo y sin gran capacidad en la defensa. Esta circunstancia no es extraña al ADN del fútbol peruano, siempre valorable en la ofensiva, pero con muy pocas virtudes defensivas. Los grandes equipos incas del pasado se forjaron siempre a la sombra de brillantes atacantes y talentosos mediocampistas. Lolo Fernández, Miguel Loayza, Seminario, Joya, Cubillas, Perico León, Muñante, Cueto, El Cholo Sotil. Y ahora Paolo Guerrero, la Foquita Farfán y Claudio Pizarro son el mejor ejemplo de la descompensación entre ataque y defensa en el equipo de Sergio Markarián.
No se recuerdan grandes porteros peruanos y en algunas selecciones, como la de México-70 o España-82, ese puesto fue crítico, inclusive teniendo a un nacionalizado Quiroga debajo de los palos. El golero de hoy, Penny, es ahí, no más, cumplidor para el momento.
Los del fondo, Revoredo, Galliquio, Christian Ramos y Yotún, tampoco son la última maravilla, y la ausencia de Alberto Rodríguez, el mejor defensor actual del fútbol peruano en el Sporting de Lisboa, es un handicap grande. Yotún colabora mucho en ataque, y por su banda Perú amplifica su proyección ofensiva. Tampoco estará Adan Balvin, ubicado como volante tapón durante la Copa América. En su lugar juega González, con menos categoría pero más duro en la marca. A sus laderos se ubican Lobatón y Ramírez, dos “clase media”, rendidores y productivos en la misión de quitar y entregar. Está sin definir la presencia de Vargas, un muy buen jugador.
Perú es sólido de media cancha hacia adelante, en el triángulo Farfán-Guerrero-Pizarro, goleadores, buenos jugadores con inventiva y velocidad de maniobra.
Regalarle la pelota y dejarlo tocar puede ser muy grave, pelearles el medio y jugarles de igual a igual puede ser una buena idea porque tendrán que preocuparse con James, Radamel y Dorlan sueltos.
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